

PUESTA EN VALOR DE PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO ESTUDIADO
EN EL PROYECTO TRES VALLES
El estudio sobre el material arqueológico ubicado en la quebrada de Quilmenco, donde se instala Minera Tres Valles, es una iniciativa de largo aliento que ha permitido recabar importante información, cada vez más detallada, del escenario precolombino que allí se presentó.
Esta gestión ha conducido a una serie de medidas resumidas en un consolidado que entrega las conclusiones sobre quiénes eran los habitantes de la zona, dónde habitaban y cuál era su modo de vida, entre otros datos concretos.
Para la puesta en valor del patrimonio histórico estudiado, durante el año 2016 se construirá un Parque Rupestre, el cual pueda reunir el material arqueológico más significativo del área, exponerlo de manera segura y organizada, y ayudar así a la comprensión por parte de las comunidades del revelador aporte que representan estas piezas para el conocimiento de la historia social y cultural del valle en el cual se sitúan.
Por parte de Minera Tres Valles, el objetivo de estas gestiones es poder dar cuenta de la puesta en valor del material arqueológico de manera concreta, para el conocimiento y la conciencia del territorio y la cultura local, destacando las cualidades patrimoniales que representan y de las cuales, en diferentes momentos y circunstancias de la historia, la historia de los antiguos habitantes del área de Quilmenco y la historia actual de la actividad minera en la zona se reúnen hoy en un sólo espacio físico, haciéndose parte integrante y condicionante la una de la otra.
HABITANTES DEL TERRITORIO DE QUILMENCO
El Informe Consolidado de Rescate Arqueológico, Proyecto Minero Tres Valles Septiembre 2015, encargado a la empresa POCH Consultoría, entrega datos relevantes sobre la habitación del área de Quilmenco donde se ubican las instalaciones de Minera Tres Valles.
Uno de los datos más notables es que “ha sido posible definir la existencia de comunidades locales (Pavlovic y Rodríguez 2003; Pavlovic 2003; Méndez et al. 2009), las que llevarían adelante un modo de vida propio de las bandas cazadoras-recolectoras, complementado con el uso de cerámica. Recientemente Pavlovic y colaboradores (2012) denominaron a dichas comunidades locales Tradiciones Alfareras Tempranas del Choapa (TATC).”
“Estas comunidades hicieron una flexible utilización del espacio (Pavlovic y Rodríguez 2003; Pavlovic 2003), donde destacan terrazas fluviales, piedemontes, quebradas, cimas y laderas de cerros, sin que exista una mayor ocupación de los espacios de mejor potencial agrícola. La evaluación de este indicador, en complemento a su cultura material, permite vincular a dichas comunidades locales con un modo de vida móvil y cazador, de incipiente o poco desarrollada horticultura, siendo sólo identificado el posible cultivo de quínoa y madi (Contreras et al. 2003).”
Durante el estudio arqueológico se rescataron piezas importantes, bloques con petroglifos (los que fueron ubicados donde estará construido el parque rupestre), entre otros, cuyo estudio aporta significativamente al conocimiento de las culturas precolombinas.
Todo este trabajo fue realizado por medio de diversas campañas de terreno, entre los años 2010 a 2012 por el equipo arqueológico de Poch Ambiental S.A. encabezado por María Loreto Vargas. Para cada rescate realizado, los equipos de trabajo estuvieron compuestos por dos especialistas y dos jornales.